lunes, 16 de mayo de 2016

"LA PAZ ES LA VICTORIA DE LAS VICTIMAS" ANTANAS MOKUS. TRATANDO DE ENTENDER (56)

"La paz es la victoria de las víctimas"

El exalcalde hace una reflexión sobre los recientes acuerdos de La Habana y le sale al corte a la 'resistencia' convocada por Uribe. Vea en exclusiva la reflexión en Semana.com.
Antanas Mockus le responde a Uribe
                                  

La paz es la victoria de las víctimas: Antanas Mockus.

Por fin comprendimos que la paz consiste en amarrarnos las manos. Mediante lo acordado, ambas partes se imponen altos costos en caso de incumplimiento.

Algunos expertos explican lo que es una Constitución como un sistema de compromisos previos adoptados en momentos de cordura para evitar extralimitaciones en momentos de locura: Pedro, sobrio, aprovecha el momento de sobriedad para evitar emborracharse, acordando medidas que hagan más difícil y costoso dejarse llevar por la tentación de embriagarse.

Todo el mundo sale ganando. El blindaje jurídico me parece impecable y responde bien a la enorme desconfianza que todavía existe entre la ciudadanía, el Gobierno y las FARC.

Los colombianos encontramos en nuestro ordenamiento constitucional vigente (“la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”) no sólo la posibilidad de celebrar un Acuerdo humanitario, sino la obligación de hacerlo y protegerlo.

La paz, entre otras cosas, es la aplicación del artículo 11 de la misma Constitución, que dice: “El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte”.

Un hecho puntual: alguien me ha hecho el favor de circular en las redes sociales un fotomontaje que me muestra sosteniendo un mensaje mediante el cual me sumo a la resistencia civil convocada por el expresidente Uribe.

Trato aquí de aplicar la metodología de la comunicación no-violenta (hechos, sentimientos, necesidades y requerimientos). Como eso no es cierto, me siento mal y les pido a quienes me atribuyeron ese mensaje que lo recojan y cuelguen la imagen que sí me representa.

Adjunto la foto original en la que sostengo un afiche en letras rojas sobre fondo papel periódico. El mensaje es mucho más corto y podría servir de tema de reflexión para las víctimas, para los amigos de la paz, para los amigos de Uribe y sobre todo para los ciudadanos pesimistas o indiferentes.

El mensaje original es muy simple: La paz es la victoria de las víctimas.

Todos los colombianos podemos beneficiarnos con la paz, pero quienes más ganan con una paz estable y duradera doblemente amparada –desde adentro y desde afuera- son las víctimas. Se rompe así el infernal ciclo intergeneracional por el cual los hijos de una violencia se ven destinados a vivir la siguiente.

Colombia estrena una manera ejemplar de resolver sus problemas, poniendo de testigo y garante a la comunidad internacional, reconociéndole una autoridad extraordinaria a su Corte Constitucional y a su Congreso. Que una transición como la que estamos viviendo lleve a decisiones democráticas que cambien en algún grado a la sociedad colombiana no nos debería dar miedo.
Hemos pagado altos precios por la guerra, debemos estar dispuestos a pagar un precio por la paz. Somos más fuertes y mejores de lo que casi siempre hemos creído. Es tiempo de madurar. Tiempo de comprender. Tiempo de dejar atrás los atajos de la violencia y la trampa.

sábado, 14 de mayo de 2016

LA ANOMIA: LA ENFERMEDAD DE LA SOCIEDAD COLOMBIANA. TRATANDO DE ENTENDER (55)


La anomia: la enfermedad de la sociedad colombiana

Pasarse la calle sin respetar el semáforo, colarse en el transporte público, ocupar indebidamente el espacio destinado para las personas de la tercera edad y los niños, saltarse la fila son algunas faltas de civismo que son comunes a diario en nuestra sociedad. ¿Existe una explicación científica que nos permita identificar una regularidad en este hecho? pues bien, el profesor Víctor Reyes Morris ha venido estudiando el fenómeno desde hace algunos años y resultado de su investigación y tesis doctoral acaba de publicar su libro “La Anomia. Espacios, tiempos, y conflictos anómicos. Análisis de casos”.

Víctor Morris es profesor de la Univesidad Nacional de Colombia. Exconcejal de Bogotá y exrepresentante a la Cámara. Uno de los actuales candidatos a la decanatura de la Facultad de Ciencias Humanas.
Su libro lleva por título ‘La Anomia. Espacios, tiempos, y conflictos anómicos. Análisis de casos.’ ¿Qué es la anomia?
La anomia es una situación social en la cual las normas han perdido su fuerza reguladora, una pérdida de legitimidad. Es un momento transicional de una sociedad que tiene efectos de inestabilidad, desintegración y otros no deseables. El concepto lo trajo a la sociología y al análisis de las sociedades uno de los padres fundadores de esta disciplina, el francés Emile Durkheim. Pero ha ido evolucionando y por los menos puede distinguirse tres enfoques sobre el mismo.
Desarrolle un poco más la idea…
El primero al que me refiero implica un momento transicional de una sociedad. Metafóricamente una época de oscuridad entre un orden social que aún no muere y otro que aún no nace. El segundo hace referencia a la desviación social y una anomia más dirigida hacia conductas individuales, una dislocación entre medios y fines sociales como las llamaba el sociólogo Robert Merton y un tercer enfoque dirigido a considerar la anomia como una expresión de resistencia hacia un orden establecido como lo han expresado pensadores como Michel Maffesoli entre otros.
¿La sociedad colombiana padece de anomia?
Sí. No hemos logrado un orden social incluyente y aceptable para todos. Nacimos como una sociedad muy desigual producto de un orden colonial segregado que no logró superarse con la Independencia y se reprodujo esa misma sociedad con instituciones igualmente excluyentes. En esta nueva sociedad, de discurso poscolonial se continúa afirmando, a modo de chiste que la ley era para los de “ruana”. Las normas consideradas como privilegios o usadas para oprimir a otros no ofrecen una legitimidad integradora. Padecemos de anomia, no soy el primero en decirlo, ya ha habido otros tanteos, como el del profesor Mauricio García Villegas y Antanas Mockus.
¿Se puede medir la anomia?
Han existido algunas propuestas como la de Leo Srole en Estados Unidos. También han existido otros intentos. Conozco una tesis de maestría en psicología de la Universidad Nacional que se planteó el tema, pero los estudios siguen siendo más cualitativos. Los casos que analizo en mi libro corresponden más a este tipo de análisis.
¿Qué tanta recepción ha tenido este concepto en la academia durante los últimos años?
Más de lo que podría pensarse, de alguna manera recojo esto en mi libro. Algunos han abordado el concepto para un público más allá de la academia, como el ya desaparecido abogado y filósofo argentino Carlos Santiago Nino quien publicó un libro de mucho éxito en su país titulado: “Un país al margen de la ley”.
¿Cómo se puede entender que estando tan cerca a los centros materiales e institutos que representan el poder, existan sitios como ‘El Bronx’?
Es una gran paradoja, pero expresa varias cosas: entre ellas que Bogotá ya no tiene un centro único. Como algunos urbanistas lo han señalado, es policéntrica. También que el centro histórico se ha deteriorado y que las políticas de recuperación sólo han trasladado los espacios anómicos de un sitio a otro, del Cartucho al ‘Bronx’. Ese sí que es un típico espacio anómico, un espacio de transgresión permanente.
¿Cómo podemos librarnos de la cultura de ‘saltarnos las normas’ y de ‘dinero fácil’ que tanto daño le ha hecho a la sociedad colombiana?
Este es uno de los más profundos cambios que requiere la sociedad colombiana. El narcotráfico nos ha hecho mucho daño pero creo que aún hay esperanzas. Las autoridades deberían dar ejemplo. La única forma de librarnos de esta estas prácticas es mediante una intensa campaña educativa y de cultura ciudadana, que ha tenido episódicos momentos, cuando debería ser una verdadera política de Estado permanente, abundante y copadora de toda la vida ciudadana y de todos los procesos.
¿Explíquenos eso de que los carnavales son espacios anómicos?
Los carnavales son un caso de ‘tiempo anómico’ que es relativamente un breve espacio anómico por eso los distingo. En el libro, el ‘espacio anómico’, es un lugar permanente de transgresión, en mi definición. Me baso en los estudios de Mijail Bajtin sobre el carnaval medieval, que observa  estas fiestas como escape a situaciones de gran opresión como ocurría en la Edad Media.
¿Se puede usar la teoría de la anomia para explicar el conflicto social y armado que ha venido viviendo el país durante más de seis décadas?

Por supuesto. La recurrencia a la violencia es expresión de un conflicto normativo. La inexistencia de reglas sociales de convivencia comúnmente aceptadas, respetadas y cumplidas por todos. La violencia es la expresión de ‘todo vale’. Algo así ‘que como a mí no me cumplen yo arrebato’. También y quizás de fondo es producto de unas fallas estructurales del proceso de modernización de nuestra sociedad. Reitero lo señalado en el libro por cuanto puede tener la aplicación por la cual se interroga, el conflicto normativo -violento o no- es la expresión de una cierta incapacidad del orden social para establecer referentes normativos legítimos para todos los asociados.

MI ÚNICO ENCUENTRO CON CARLOS CASTAÑO

Nota: esta breve crónica de mi encuentro con Carlos Castaño la escribí pensando en comenzar mi idea de se escritor y cronista del conflicto....