EL LÍO DE MONSEÑOR
N. del Editor: Escrita como columna para el portal arcoiris, no ha sido publicada a la fecha en dicho medio, por lo que se publica en nuestro blog.
Me referiré a Medellín como área metropolitana, como ese importante cúmulo de seres humanos que convivimos dentro de las montañas que conforman el valle de Aburrá. Son completamente indiferenciados ya, barrios y municipios, excepto por aspectos políticos y de manejo administrativo. Integran una gran urbe con unas grandes problemáticas comunes. No se puede desconocer que los municipios que coexisten en el valle de Aburrá, son parte de Medellín como área común, por que ya prácticamente desaparecieron las fronteras geográficas.
Medellín es una urbe espectacular, de clase mundial no cabe la menor duda. Pero eso no le quita ninguna de las razones para que se mire desde adentro, desde sus habitantes y se auto critique. La problemáticas sociales al interior de esta gran metrópolis son muy grandes y desbordadas.
Las preguntas de su arzobispo católico, monseñor Ricardo Tobón Restrepo, al exponer sus inquietudes a la ciudad sobre la violencia desbordada, reflejan lo que debe estar pensando cualquier habitante del área metropolitana y cualquier miembro de la administración publica con mediano juicio. Son preguntas acertadas, dolorosas, que ponen en evidencia la indolencia de las administraciones locales y también la departamental frente a la situación de la ciudad y lamentablemente por lo que comienza a caracterizarlas: Lo superfluo, lo vacuo, lo Light.
Medellín es una ciudad excluyente, de los habitantes de las “comunas”, de la periferia de la ciudad y del resto del valle de Aburrá. Durante siglos ha acogido desplazados de todas las violencias que han ocurrido en nuestro país. Hoy hacen parte del capital humano de la ciudad y del valle de Aburrá. Municipios y comunas del estrato 1, 2, 3 y excepcionalmente 4.
La Medellín “soñada” está realmente constituida por dos barrios gigantescos, Plenos de riquezas, urbanísticamente hermosos y dignos de figurar en cualquier revista especializada; una infraestructura y una arquitectura de clase mundial, surgen en los dos polos de clase media alta y alta. De estrato 5 y 6, Cuyo dinamismo comercial, a veces pareciera exagerado e inexplicable para los mercados objetivos a los que atienden.
Los sectores “exclusivos” de el poblado y laureles son llamados y distinguidos con nombres propios. … Laureles…. El poblado…. Donde siempre queda la sensación de que por las calles circula mas dinero del que debería ser, de que el aparente poder adquisitivo de muchos no se compagina con el de sus actividades conocidas. Las emergentes clases económicas se aprecian a simple vista.
Con delimitaciones muy claras, por el río y las avenidas que los apartan de los otros sectores, esos si llamados “comunas”, con un dejo que a veces se siente peyorativo como si fueran sinónimos de guachernas violentas. Las Comunas y los “pueblos”, Bello, Itaguí, La Estrella, Caldas, Copacabana. De allí de donde salen todos los días ríos humanos a atender las necesidades de trabajo en el comercio, de la construcción y de la industria, la otrora pujante y hoy en vísperas de desaparecer por la falta de competitividad frente a la oferta mundial.
Pero somos innovadores.
Esos dos sectores, por considerarse exclusivos, son excluyentes. Poco falta para amurallarlos. Y surge un enclave en medio, el sector administrativo de la Alpujarra, poder, pompas, exposiciones, congresos, desfiles y edificios donde se refugian los gobernantes municipal y departamental, en sus cómodas oficinas sin percatarse de la miseria que crece alrededor.
Es el centro del poder político local. Por que el centro del poder económico ya queda en Bogotá o mas lejos, en Panamá, Nueva York, Miami, Londres, Hong Kong o Beijing.
De la Alpujarra se mueven de un lado a otro (casi siempre hacia el Poblado o Laureles) altos funcionarios en carros blindados, plenos de escoltas, para que no se les acerque el pueblo. No hay nada que aísle mas de la realidad que un carro blindado y más si se tiene un esquema de seguridad. Y el centro, el que fuera de mostrar a nivel nacional; el eje del comercio popular, cada vez está mas deteriorado y peligroso.
El mito Paisa: Raza pujante. Si, seguramente lo fuimos, pero ya no. Nos creímos el cuento los de que éramos “Los Antioqueños”. Quedamos como dueños de una industria que se ve desaparecer cada día, para dar paso a unidades residenciales y centros comerciales. Una industria que desaparece en medio del placer de los gobernantes, quienes se esfuerzan no por hacer industria competitiva, sino por lograr beneficios comerciales. Siempre será mas fácil comprar que producir. Se olvida que para poder comprar hay que tener con que comprar. Si no se genera riqueza, no hay posibilidades ni siquiera para el comercio.
Pasamos al futuro, por ser el innovador enclave financiero, constructor, energético y tecnológico, pero la industria tradicional va desapareciendo con cada nuevo TLC y con ella miles de puestos de trabajo. Y lo peor de todo, es que la joya de la corona, la entidad que en buena parte posibilitó la añorada pujanza paisa, que llevó a niveles superiores al promedio nacional la calidad de vida de los habitantes en todo el valle de Aburrá, las Empresas Publicas de Medellín (EPM), se aleja de su objetivo inicial y hoy se atomiza en estrategias de diversificación, escisión por líneas y privatización.
Tal vez monseñor, por tener una visión mas amplia que los gobernantes locales, se angustia por lo que observa en su jurisdicción eclesiástica. Coincidente con la elección de la ciudad mas innovadora, el pastor pregunta pertinentemente por las realidades que observa: la indiferencia de los medios ante la realidad de Medellín, y la apatía en algunos casos cómplice de las autoridades con los fenómenos delincuenciales y las formas de violencia. Y una gran constante exponencial de crecimiento de odio, exclusión y violencia desatada que cada día cuesta mas y mas vidas de los habitantes de las comunas, los pueblitos y la periferia.
15 preguntas *que no han sido respondidas, ni lo serán suficientemente, pues la indiferencia no lo permite.
Refiriéndose a la Innovación, la experta mundial Andreas Kates en una entrevista reciente plantea: “La innovación tiene muchas dimensiones y la mas popular es la creatividad. Pero innovar también es analizar, pensar de forma lógica y práctica y tener la capacidad de establecer compromisos con la gente”.
¿si será Medellín una ciudad verdaderamente Innovadora?
Por/ANTONIO JOSÉ GARCÍA FERNÁNDEZ
*http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/R/reflexiones_de_ciudad_sobre_las_15_preguntas_del_arzobispo/reflexiones_de_ciudad_sobre_las_15_preguntas_del_arzobispo.asp