domingo, 4 de diciembre de 2011

SAN CARLOS Y LA RESILIENCIA (AJGF)

    (Una apreciación personal)

Con timidez he regresado en algunas oportunidades a mi pueblo, San Carlos, un municipio del oriente antioqueño. Nací en Medellín, pero por muchas razones me atan vínculos a esa hermosa región del oriente del departamento,  que guarda  afinidad no solo con el oriente sino también al magdalena medio antioqueño,  donde transcurrieron los mejores días de mi vida, de niño, adolescente y buena parte de mi vida de adulto.

Mis hijos tienen un vinculo también inconfundible con esa región y con ese municipio y con la tierra que nos legó el abuelo materno,  donde construyó su fortuna a base de trabajo y tesón como comerciante y ganadero. Allí nació, hace siglos ya,  mi bisabuela y también mi  bisabuelo, nacieron  mi abuela y mi madre así como la mayoría de mis tíos y tías. Los que no nacimos allí, y los que llegaron a la familia por cualquier vinculo, quedaban inmediatamente atrapados en ese sentimiento que produce el pueblo, que le hace sentir a uno que siempre ha estado ahí.  Es una sensación de familiaridad constante, que se hace sentir en San Carlos,  y en todos los pueblos del oriente antioqueño.  

Todos los miembros de esta familia a la que pertenezco,  que aun los actuales habitantes califican como “tradicional”, sin exclusión, vivimos en este pueblo muy buena parte de nuestras vidas y  allí dejamos a muchos seres queridos con quienes nos gustaría reencontramos de vez en cuando; claro está: hoy podemos hacerlo con unos pocos;   los que quedan vivos y los que escaparon a la violencia. 


Soy familiar muy cercano de  uno de los victimarios, conocí a algunos de ellos  y  también fui amigo de algunas de las victimas de la guerra que destrozó el pueblo; seguramente conocí a muchas otras víctimas. Claro que tambien soy  familiar o amigo  de algunos de los supervivientes habitantes de San Carlos.

He tenido la oportunidad de estar cerca de alguno de los actos de la semana por la paz de noviembre de 2011 y de apreciar de cerca el trabajo que se ha hecho en el pueblo, por parte de los supervivientes. 


Asistí a la presentación del informe de Memoria Histórica de la CNRR, en la Universidad Nacional de Bogotá, donde se presentaron testimonios del desplazamiento y de la resistencia;   a la presentación de la obra de teatro de el grupo “la Gotera” y ver como mediante el arte ha puesto en escena una tragedia que yo no fui capaz de resistir durante toda la presentación, y finalmente me conmovió ver reconocido todo ese esfuerzo de superación con el Premio Nacional de Paz, máximo reconocimiento a ese loable esfuerzo que se realiza desde los mismos sobrevivientes y de una forma prácticamente empírica, sin tiempo para recapacitar sino únicamente para sacar adelante su  indeclinable voluntad de paz.

Me alegró y de que manera, como colombiano, que estas gentes, de quienes un día fui próximo y espero seguirlo siendo, se esfuercen con toda su capacidad para sobreponerse a la violencia, para superar su condición de victimas y construir un futuro mejor, con sus propias manos y con su propio esfuerzo.  Se les ve cansados, apesadumbrados todavía y con dolor en los rostros, lo que seguramente nunca cambiará. Todavía dejan ver lágrimas de dolor y quizás de rabia, pero se sobreponen a ello, y desafían la inercia que produce la inmensa pena tanto individual como colectiva en la que transcurren sus vidas.  Nunca olvidarán.  Es imposible olvidar cuando quedan huellas tan marcadas en el alma.

Me alegró mas ver como de  las bocas de estos rostros cansados y apesadumbrados salen expresiones  en las que se pone en evidencia la voluntad de reconciliación.  Como trabajan juntos todos,  como no excluyen ni rechazan a quienes fueron sus victimarios,  como reviven todos juntos de las cenizas que dejó  la violencia, tratando de mejorar cada día mas la convivencia.  Impresionante, un ejemplo digno de ser replicado en todos los rincones de Colombia.

Por esto, no puedo dejar de reseñarlo en este blog, que llevamos sobre  la reconciliación  y resiliencia, con el animo de aportar un grano de arena al logro de la Paz para Colombia, donde hoy tengo la fortuna de ver con mis propios ojos como con humildad y perseverancia  las gentes sencillas de Colombia sacan adelante sus proyectos de reencuentro y cambio cultural que requiere este país.


A todos los habitantes de San Carlos, del oriente antioqueño, gracias por permitirle a nuestro país la oportunidad de entender, con realizaciones y hechos concretos, (Reconciliación, Justicia, Desminado y Retorno) que el logro de la paz y la reconciliación si es posible. 

1 comentario:

ANTONIO JOSE GARCIA FERNANDEZ dijo...

AJGF Ya nos referiremos al informe de la comisión de Verdad Histórica para San Carlos. Hasta el momento, luego de una primera lectura, tenemos que decir que se quedó corto en los antecedentes Históricos, pero es un excelente trabajo de reconstrucción de lo acontecido, y base para las necesarias garantías de no repetición.

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